Hay momentos en la vida en los que nos asaltan las dudas o, a pesar de toda la energía y buena voluntad que podemos reunir, nuestros esfuerzos parecen acabar en un fracaso repetido.
Nunca te rindas, nunca dejes de creer en ti mismo y en tus aspiraciones. Mirando hacia dentro y aceptando a veces cambiar de punto de vista, encontrarás las soluciones.
No es la imagen a la que estoy acostumbrada, a decir verdad, pensaba que había fracasado. No tengo muchas oportunidades de ir a sitios así.
Las condiciones para fotografiar eran realmente especiales ese día, con nubes y niebla que envolvían completamente las montañas.
Acababa de terminar de subir a un lago cuando caí parcialmente al agua helada, poniendo a prueba mi determinación.
Pero entonces la atmósfera y el cielo se despejaron de repente.
La luz apareció a través de las nubes, acariciando los picos y reflejándose en el agua del torrente.
Haciendo caso omiso de mis últimas molestias, hice todo lo posible por colocarme en posición, aunque eso significara meterme en el agua. El momento sólo duró unos minutos, pero era tan puro que sentí que me recorría una fuerte emoción.
Esta fotografía es el resultado, y una buena representación de cómo me siento ahora.
A pesar del frío y la oscuridad, a pesar de la incertidumbre y la decepción, siempre se puede sacar lo bueno de las cosas, siempre que uno se lo proponga.