Hay dos cosas que destacan en esta foto. En primer lugar, Nelson Montfort (izquierda) parece más joven hoy que hace treinta años. En segundo lugar, que Björn Borg sacó la habichuela el 14 de abril. ¡Es una broma! Sigamos con ello. Volvamos a ello. No es ningún secreto que Ashleigh Barty se retiró en la cima de su fama el mes pasado, a los 25 años, pero la sueca lo había experimentado casi a la misma edad (26). Después de seis Abiertos de Francia y cinco Wimbledon, Borg se hartó del tenis y se retiró del circuito de la Fila en 1983 (con algunos partidos jugados a diestro y siniestro hasta 1985).
Pasaron seis años y la verdad es que nuestro amigo sudaba como una rata muerta. Por eso, cuando le ofrecieron una serie de exposiciones a principios de los 90, no tardó ni cinco minutos en encontrar su Donnay con un pequeño colador en el fondo del garaje. ¿Fue una buena idea? Así que diremos claramente que no, porque ocho derrotas seguidas en primera ronda en torneos oficiales en 1992, incluida la de Niza, nuestra foto, es quizás mucho. No parece importarle, a juzgar por su amplia sonrisa. Olivier Delaitre, su ganador del día, 43º del mundo, y además resfriado, está lúcido: "He jugado el partido número 1.000 de la ATP (1121º precisamente). Gané en dos sets (7-5, 6-2), lo que es normal."
Antes, perder contra un francés le habría provocado ictericia al Caníbal, pero aquí, a pesar de su mediana cabeza, que por fin ha resuelto, Björn Borg lleva la corona que le ha entregado un aficionado nostálgico. ¿Rey de los jamones? No está lejos de los pensamientos de Delaitre: "Al final, casi me aburrí."Jacques Carducci, jefe de la sección de tenis de L'Équipe, sugiere a Borg que "no lo desperdicie todo" y que "no siga más". Un poco masoquista al límite, el sueco intentó, sin embargo, disputar tres finales al año siguiente, todas ellas con derrota.
BRUNO GARAY