Claude Bastide se fijó en las principales agencias de prensa e ilustración y decidió hacer de este arte su profesión. Fue el primer asistente de un gran fotógrafo de moda, colaboró con varias agencias famosas (PIX - ilustración general - OROP - gente), hizo visuales para publicidad, ilustraciones para revistas, fotos de plató y muchos retratos de artistas o pilotos de coches en los circuitos de Fórmula 1.Sans dejó de ofrecer este tipo de servicios y con esta maestría adquirida, decidió volver a las raíces de su arte desarrollando el universo creativo que le corresponde, centrado en las mujeres, a veces mujer-láctea, mujer-ángel, niña-flor, nieta de Eva, Una mujer dotada de dulzura e ingenio cuya sorprendente desnudez revela su fragilidad, pero una fragilidad que la franqueza hace desarmante, una mujer cuya pureza se nutre de los misterios de antes de los comienzos del mundo, perdió la evidencia de un Edén donde la existencia de la modestia sería confesar la de la perversión. La mirada sensual de la lente se tiñe con el filtro de la sorpresa asombrosa en el ojo del fotógrafo, en una dialéctica singular y fascinante donde parecen mezclarse la posesión deseosa y la fascinación reverente por la cosa más bella que el universo ha creado. La misión del fotógrafo es revelar la dimensión de este misterio, pero no sin precaución. La palabra "delicadeza" me viene a la mente. Y cuando la representación llega a coquetear con algunos códigos eróticos, la impresión traviesa se acorta por la expresión relacionada de inocencia y por la deferencia de la mirada. Al revelar su encanto, la luz aureola y protege a estos elegantes ídolos con una delicada membrana en la imagen materializada de este capullo de seda que en la serie "burbujas de mujeres" los vela tanto como los desvela, los abriga tanto como los secuestra, juega tanto en la distancia como en la transparencia. Las imágenes creadas por Claude Bastide son un espacio de encantamiento que captura los sentidos. Cuando nos absorbemos en la contemplación de una de estas fotos, terminamos escuchando la risa, o el ligero sonido del viento, sentimos la caricia de la atmósfera, e incluso olemos sus aromas a través de una sinestesia redescubierta. La representación es respirable, porosa, táctil.Depuis little, inclinando la energía del yin al yang, Claude Bastide involucra a sus heroínas en batallas más encarnadas, con la connivencia del fotógrafo se convierten en portavoces y el espectáculo comienza a desafiar al espectador, volviendo la mirada del objetivo hacia él. O vemos una dimensión, que hasta entonces sólo se había adivinado, más claramente atravesada en la interacción que el fotógrafo mantiene con sus sujetos, la de la complicidad y el espejo.
Año PRA
para ART-MACC
El más observador probablemente notará más allá del momento "t" algunos pequeños toques de rebelión contra la espuria prudencia de nuestro tiempo.
